FÁTIMA SUARÉ ENGROSA LA LISTA DE JUGADORAS QUE COMBATEN AL COVID-19

La jugadora del Conservas Orbe Porriño fue la persona que detectó el primer caso de coronavirus en la residencia de ancianos donde trabaja como enfermera

La Liga Guerreras Iberdrola sigue dando muestras de la solidaridad de quienes la integran. Un sólido grupo de ‘guerreras’ cuyos testimonios son de lo más valioso para conocer la gravedad de la crisis sanitaria que azota al mundo entero, provocada por el COVID-19. Pero también para conocer la calidad humana de aquellas jugadoras que acostumbramos a valorar por sus goles, su visión de juego, su explosividad, y otras tantas cualidades asociadas al balonmano.

Es por eso que se antoja tan necesario conocer los testimonios de primera mano de jugadoras como Fátima Suaré (28/02/1991, Lisboa), jugadora del Conservas Orbe Porriño y enfermera en una residencia de ancianos de Cangas. Precisamente ella fue la persona que detectó los síntomas del primer caso positivo por COVID-19 en su centro de trabajo: “Una de las ancianas residentes en el centro había estado con su hijo, que vino a visitarla desde Madrid. Tenía tos seca, pero nada de fiebre cuando yo empecé mi turno de trabajo. Sin embargo, a lo largo de la noche comenzó a tener décimas y llamé rápidamente al 061 para que fuera trasladada. Al día siguiente fuimos informados de que dicha residente había dado positivo en el test de COVID-19”.

Fue todo muy rápido, pasamos de no tener residentes positivos a que todos prácticamente estuvieran contagiados en apenas un día”, relata Suaré, que también destaca la rápida actuación tanto de su propio centro de trabajo como del Ejército y del Servicio Gallego de Salud (SERGAS): “A raíz del primer caso, se pusieron en marcha los protocolos para proteger a los residentes y a todo el personal dotándonos de EPIs. Además de eso, se separaron a los residentes positivos de los negativos y recibimos ayuda por parte del Ejército, que vino a desinfectar todo el centro, tanto el interior como el exterior, y del SERGAS, quienes todavía a día de hoy siguen ayudándonos”.

Suaré destaca también que los guantes, la solución alcohólica, el termómetro y el pulsioxímetro -instrumento para medir la tasa de oxígeno en sangre-, son los utensilios que más está usando durante esta pandemia. Asimismo, lanza un mensaje de agradecimiento para todas aquellas jugadoras que colaboran en esta lucha, ya sea en primera línea o fabricando pantallas protectoras como la Guerrera Soledad López, a la que la lisboeta pone de ejemplo.

A nivel individual, Suaré señala que su mayor preocupación durante estas semanas era pensar si había podido contagiar a alguien sin querer tras haber estado en contacto con el virus. “Estaba nerviosa por pensar que podía haber estado en contacto con algún positivo sin protección y sin saberlo, y después haber podido contagiar a alguien sin querer. Te queda esa incertidumbre de pensar ‘¿habré sido yo?’”, confiesa a la vez que desea que todo esto pase cuanto antes para volver a vestir la camiseta del Porriño, club en el que milita y ante el que se deshace en elogios.

Este equipo me cayó del cielo. Me abrieron los brazos cuando más lo necesité. Cuando pensaba que este deporte no era para mí y estaba hundida, el Conservas Orbe Porriño apareció para decirme “no Fátima, tú puedes seguir jugando, te queremos con nosotros”. Es por eso que, si tuviera que elegir equipo, elegiría a Porriño una y mil veces más”, señala la jugadora lusa, que también ha militado en clubes como Passos Manuel de Lisboa, Gil Eanes de Algarve, Colégio João de Barros de Leiria, Adesal Córdoba y un breve paso por el Liberbank Gijón.

Asimismo, y tras unos cuantos años jugando en la Liga Guerreras Iberdrola, Fátima Suaré destaca este año como uno de los más duros: “Se nota que la Liga vuelve a tener calidad. Los equipos están más igualados, nunca sabemos cuándo podemos ganar, empatar o perder. Todos los partidos hay que jugarlos hasta el último minuto. Eso hace que sea mucho más competitiva, pero también mucho más bonita”, declara Suaré, que destaca a la exjugadora Vera Lopes como uno de sus referentes: “Me gusta mucho no sólo por cómo jugaba sino también por cómo defiende el balonmano femenino en Portugal y lucha por mejorar las condiciones”.

Por último, señala una de las grandes metas que aún le quedan por cumplir: “En esta Liga, uno de mis objetivos era poder jugar la fase final de la Copa de la Reina. Creo que es una competición muy bonita. Cuando estuve en Córdoba jugando en División de Honor Plata nos quedamos cerca, pero al final no pudimos jugarla. Es algo que me encantaría vivir”.